¿Por qué me siento en peligro si todo está bien? Neurocepción y seguridad en el cuerpo

Introducción

La neurocepción de seguridad es un concepto fundamental en la Teoría Polivagal de Stephen Porges. Esta teoría revolucionaria nos ayuda a comprender cómo nuestro sistema nervioso influye en nuestra capacidad para sentirnos seguros y conectados con los demás. En este artículo, exploraremos en profundidad la importancia de la neurocepción de seguridad y cómo puede impactar su trabajo desde la Terapia Somática en nuestra salud emocional.

¿Qué es la Neurocepción de Seguridad?

La neurocepción es la capacidad del sistema nervioso para detectar y responder a señales del entorno. Nuestro sistema nervioso contínuamente está buscando signos de seguridad o amenaza en el mundo y las personas con las que interactuamos. Esta función, nos permite adecuar nuestras respuestas emocionales y fisiológicas de manera automática, sin intervención consciente.

Según la Teoría Polivagal, la neurocepción de seguridad es una respuesta adaptativa que se activa cuando nos sentimos seguros y protegidos. En este estado, nuestro sistema nervioso promueve la relajación, la calma y la conexión social, lo que nos permite interactuar con el mundo de manera positiva y constructiva.

La seguridad de la que hablamos, no es un concepto cognitivo, sino encarnado, sentido en el cuerpo.

La neurocepción de seguridad es fundamental para activar la "vía de la seguridad" en el sistema nervioso y promover la regulación emocional y la conexión interpersonal. Esto, permite que el sistema pase de un estado de protección (en el que se encuentra al percibir amenaza) para volver a un estado de conexión: con uno mismo y los demás.

Qué pasa en un estado crónico de alerta o estrés?

Vimos que las situaciones traumáticas o estresantes pueden provocar en nuestro sistema nervioso un estado crónico de alerta o de estrés, lo que se conoce como estado de estrés postraumático.

Cuando se experimenta una neurocepción de amenaza, el sistema nervioso percibe señales del entorno que indican la presencia de situaciones potencialmente peligrosas o amenazantes para la integridad física o emocional del individuo. Así, el cuerpo puede alcanzar respuestas fisiológicas como el aumento del ritmo cardíaco, la tensión muscular, la sudoración y la respiración rápida y superficial. A nivel emocional, puede manifestarse como ansiedad, miedo, ira o hipervigilancia.

Esta respuestas adaptativas son necesarias en el momento en el que nuestro sistema se vió amenazado. Ahora, en un estado de estrés postraumático, el sistema nervioso sigue percibiendo el mundo desde una neurocepción de amenaza, aunque el peligro ya no esté en el momento presente. Esto hace que, al estar en un estado de supervivencia, no podamos reconocer señales de seguridad que están presentes dentro y fuera nuestro.

El trabajo de la Terapia Somática para recuperar la neurocepción de seguridad

Las heridas de Trauma o Estrés son pre-verbales, entonces su proceso de sanación debe incluir al cuerpo. De ahí el valor de la Terapia Somática, su abordaje es esencial para recuperar la neurocepción de seguridad en un estado postraumático. En este espacio, buscamos acercarnos al ritmo del cuerpo, para así conocer de forma compasiva los patrones de la propia respuesta adaptativa. Desde ese anclaje y en compañía del terapeuta como testigo empático, buscamos que el sistema nervioso pueda volver a registrar, de a poco, las señales de seguridad presentes en el cuerpo y el entorno. De esta forma, se trabajamos en ensanchar la ventana de tolerancia

La autoconciencia emocional es clave para desarrollar una neurocepción de seguridad. Al aprender a reconocer dónde nos encontramos en nuestra ventana de tolerancia, y cuáles son nuestros propios signos físicos y emocionales que indican que nos encontramos cerca de los límites, nos permite buscar recursos que nos ayuden a fortalecer nuestra capacidad para sentirnos más seguros aún en momentos desafiantes.

Conclusión

En resumen, la neurocepción de seguridad es un componente esencial de nuestra salud emocional y bienestar general. Al comprender cómo funciona nuestro sistema nervioso y cómo podemos cultivar una sensación de seguridad interna, podemos mejorar nuestra calidad de vida, aumentar la resiliencia, y disfrutar de relaciones más satisfactorias y significativas.

La seguridad sentida es la llave del trabajo terapéutico con el trauma. De esta forma, vamos recuperando la experiencia de seguridad que perdimos al vivir una situación que nos abrumó.

Transforma tu Vida Ahora

Si resonás con las reflexiones de este artículo y buscás un cambio significativo en tu vida, estoy acá para ayudarte.

Ya está disponible mi Curso On Demand: Sistema Nervioso y Trauma Se trata de un recorrido teórico y práctico, compuesto por 6 videos, en los que conocerás los principales aportes de grandes referentes de la Terapia Somática para sanar heridas de Trauma.

Además, como Counselor especializada en Terapia Somática ofrezco sesiones 1:1 diseñadas para acompañarte en tu camino de bienestar emocional y transformación personal.

¡Contactame hoy para dar el primer paso hacia una vida con mayor bienestar!

Anterior
Anterior

La sanación no es lineal: Comprendiendo la desregulación y la activación desde la Terapia Somática

Siguiente
Siguiente

Sistema nervioso y trauma: cómo entender tu respuesta de lucha, huida o congelamiento